Hueso Etmoides


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Está situado inferiormente a la porción orbitonasal del hueso frontal, en la porción anterior y media de la base del cráneo. Completa la escotadura etmoidal del hueso frontal y se une a esta por medio de las superficies anfractuosas que bordean lateralmente dicha escotadura.
El hueso etmoides está constituido por cuatro partes:
-          Una lámina ósea vertical, anterior y media.
-          Una lámina horizontal, que cruza la anterior cerca de su extremo superior.
-          Dos laberintos etmoidales suspendidos de los extremos laterales de la lámina horizontal.

La lámina vertical está dividida por la lámina horizontal en dos porciones, una superior, la crista galli, sobresale en la cavidad craneal; la otra, inferior, denominada lamina perpendicular, forma parte del tabique de las cavidades nasales.

La lámina horizontal se denomina lámina cribosa debido a los numerosos orificios que la perforan. Es cuadrilátera y se extiende de un borde a otro de la cavidad etmoidal. Su cara superior es endocraneal y está dividida por la crista galli en dos porciones laterales. Estas están excavadas en forma de canales que discurren de anterior a posterior y que se denominan canales olfatorios. La parte anterior de cada uno de los canales presenta una depresión en la que descansa el bulbo olfatorio.  

Los agujeros de la lámina cribosa dan paso a filetes del nervio olfatorio, a excepción de dos agujeros denominados hendidura etmoidal y agujero etmoidal. Estos dos agujeros ocupan el extremo anterior del canal olfatorio.

La hendidura etmoidal está situada junto a la crista galli y da paso a una prolongación de la duramadre.

Los laberintos etmoidales están suspendidos de los bordes laterales de la lámina cribosa. Están localizados entre las cavidades orbitarias y las cavidades nasales. Pueden distinguirse seis caras:
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      Cara superior: prolonga lateralmente la cara superior de la lámina cribosa y se articula con la superficie etmoidal del hueso frontal.
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      Cara anterior: esta tallada en bisel a expensas de las caras lateral e inferior, de forma que se orienta, lateral e inferiormente. Se articula con la porción superior de la cara medial del hueso lagrimal, y también, por su porción superior, con la cara medial de la apófisis frontal del maxilar. Esta cara presenta celdillas que se complementan con las celdillas lagrimales y maxilares.
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      Cara inferior: es muy estrecha y esta biselada y orientada inferior y lateralmente. Se articula de anterior a posterior con la porción más superior de la cara nasal del maxilar y con la carilla etmoidal de la apófisis orbitaria del hueso palatino.
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           Cara posterior: se une a la cara anterior del cuerpo del hueso esfenoides y presenta, igual que las otras caras articulares de los laberintos etmoidales, unas o varias celdillas complementadas por las cavidades correspondientes del cuerpo del hueso esfenoides.
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          Cara lateral: es cuadrilátera, lisa y casi vertical. Constituye la cara lateral de una lámina plana y muy delgada, que limita lateralmente el laberinto etmoidal, por lo que recibe el nombre de lámina orbitaria. La cara lateral de los laberintos etmoidales forma parte de la pared medial de la órbita.

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         Cara medial: es muy irregular y da origen a laminillas recurvadas, convexas medialmente, denominadas concha nasal superior o cornete nasal superior y concha nasal media o cornete nasal medio. Cada cornete nasal se fija en el hueso etmoides por su borde superior, mientras que todo el resto de su superficie permanece libre en la cavidad nasal.

BIBLIOGRAFIA   
Henri Rouviere, Andre Delmas, anatomía  humana descriptiva, topográfica y funcional, tomo I, 11 edición. 

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